Sin duda, a los niños les gustan los animales. Tener una mascota en casa puede ser muy beneficioso para nuestros hijos, pues se pasarán horas jugando con ellos y se divertirán a más no poder.
Pero las ventajas de que los más pequeños de la casa compartan su tiempo con la mascota van mucho más allá, ya que también tienen una gran influencia en su desarrollo como personas.
Una mascota no juzga a sus dueños sino que los acepta tal y como son. De esta manera, ayudan a aumentar la autoestima de los niños, pues tienen siempre un compañero de juegos cerca.
Además, mejoran sus habilidades sociales, lo cual es especialmente importante para las personas discapacitadas, introvertidas o con problemas para relacionarse, pues les facilitan el conocer a niños nuevos y jugar con ellos.
Por otro lado, son una manera estupenda de hacer ejercicio en el exterior, ya que nuestros hijos pueden acompañarnos cada vez que los paseemos (o pasearlas ellos mismos cuando tengan edad suficiente), así como jugar con ellos en el parque.
También son conocidas las ventajas a nivel de responsabilidad, pues los más pequeños empiezan a entender qué significa hacerse cargo del cuidado de un animal (bajo la supervisión de un adulto a menos que ya sean adolescentes) y, en muchos casos, desarrollan un interés genuino por ellos que les lleva a investigar y aprender cosas nuevas.
En este sentido, una muy buena idea puede ser llevarnos a los más pequeños al veterinario cuando llevemos a nuestras mascotas para que pregunten sobre su cuidado y salud. También podemos dejarles buscar información sobre su mascota en Internet, pero siempre con precaución y en presencia de un adulto.
Como ves, los niños se benefician de la presencia de un animal en casa en su día a día. Establecen lazos emocionales con ellos y aprenden lo que significa encargarse de alguien. Sin embargo, no hay que caer en el error de pensar que una mascota será quien les enseñe lo que es la responsabilidad, pues esa tarea debe recaer sobre nosotros, los padres. Eso sí, les servirá para aplicar y entender mejor lo que les intentamos enseñar.