Los pájaros son animales muy inteligentes y son buenas mascotas. Afortunadamente, domesticar a un pájaro no es una tarea difícil.
Sin embargo, requiere mucho tiempo y paciencia y al domesticar al pájaro, no solo se desarrolla un vínculo más estrecho con él, sino que también se le ayuda a sentirse más cómodo y seguro con su ambiente.
En artículos anteriores ya hemos apuntado como ganar la confianza del pájaro, acostumbrarlo a las manos y enseñarle a subirse al dedo dentro de la jaula. El proceso final básico es enseñarle a salir de la jaula, sentirse cómodo con el entorno en contacto con el humano.
4. ENSEÑAR AL PÁJARO A SALIR DE LA JAULA
Preparar una habitación a prueba de pájaros.
Enseñarle al pájaro a subirse al dedo cuando está afuera de la jaula es importante para domesticarlo.
Una habitación a prueba de pájaros es aquella en la que el pájaro se siente seguro y a salvo y debe estar iluminada, ordenada y limpia.
Para preparar la habitación, cerrar las ventanas y persianas. Además, la habitación debe estar libre de mascotas y de otros peligros, como ventiladores.
Sería ideal que la habitación tuviera una puerta que se pueda cerrar con llave para que nadie pueda entrar durante las sesiones de entrenamiento.
Si es necesario, reorganizar la jaula.
La jaula es su zona de confort. Sacarlo de esa zona podría ser una experiencia aterradora para él; la intención no es volver la experiencia más aterradora al tener que navegar a través de varias perchas y juguetes.
Para ello se aconseja tomarse el tiempo necesario para quitar del camino cualquier obstáculo que se lo pueda impedir.
Sacar al pájaro de la jaula.
Cuando el pájaro se pose sobre el dedo en la jaula, mover la mano suavemente hacia atrás para sacarlo.
Que no sorprenda si vuela y se baja del dedo cuando se trata de sacarlo; es posible que no esté listo para dejar la seguridad de la jaula. Si hace eso, no se le ha de perseguir en el interior de la jaula.
Si la puerta de la jaula es lo suficientemente grande, introducir la otra mano y ahuecarla detrás del pájaro. La otra mano servirá de escudo para evitar que el pájaro salte del dedo, pero en realidad no lo tocará.
No se le ha de obligar a salir. Es fundamental ser paciente con él. Posiblemente se necesitarán varios días de entrenamiento antes de que se sienta cómodo al sacarlo.
Darle tiempo para que se adapte al exterior.
El pájaro podría querer saltar de inmediato afuera de la jaula. Una vez más, no se le ha de perseguir con el dedo si hace eso. Se ha de esperar con paciencia hasta que se haya establecido antes de que se le haga subir al dedo nuevamente.
Podría volar para alejarse en cuando se le saque, por ello es importante acercarse lenta y amablemente para recuperarlo, hablándole con voz tranquila y reconfortante.
Recompensar al pájaro con un premio cuando se pose sobre el dedo nuevamente.
Se ha de procurar que las sesiones de práctica diarias sean breves (10 a 15 minutos).
Procurar que el pájaro se suba al dedo en la habitación a prueba de pájaros.
Ya lo hemos mencionado al principio del artículo. Cuando el pájaro se sienta cómodo afuera de la jaula, caminar hacia la habitación a prueba de pájaros dándole la espalda a la jaula.
Cuando se esté en la habitación procurar sentarse. Si salta del dedo, hacer que se vuelva a subir nuevamente.
Para desafiar al pájaro, utilizar ambas manos como posaderos. Cuando el pájaro esté sobre el dedo índice de una mano, usar el dedo índice de la otra para presionar suavemente el área donde inicia el pecho del pájaro y hacer que suba. Alternar las manos y mover los posaderos de los dedos cada vez más altos para simular que sube una escalera.
Ofreciéndole una recompensa, realizar la práctica con el pájaro en una habitación a prueba de pájaros durante 15 a 20 minutos, de una a varias veces al día.
De regreso a la jaula.
Después de cada sesión de entrenamiento afuera de la jaula, regrésarlo lentamente a su jaula.
Aunque es posible que quiera volar para bajarse de la mano cuando esté de vuelta, intentar colocarlo nuevamente en uno de sus posaderos. Para hacer esto, colocar el dedo de forma que el posadero quede frente al pájaro y más alto que la mano.
Cuando se pare en el posadero, darle la orden verbal "bájate". Aunque se suba al posadero, esa acción aún es considerada como bajarse del dedo.
Cerrar la puerta de la jaula cuando el pájaro se acomode dentro de ella.