Los pájaros son animales muy inteligentes y son buenas mascotas. Afortunadamente, domesticar a un pájaro no es una tarea difícil.
Sin embargo, requiere mucho tiempo y paciencia y al domesticar al pájaro, no solo se desarrolla un vínculo más estrecho con él, sino que también se le ayuda a sentirse más cómodo y seguro con su ambiente.
En un artículo anterior ya hemos apuntado como ganar la confianza del pájaro y acostumbrarlo a las manos. Seguimos con más procesos.
3. ENSEÑARLE A SUBIRSE AL DEDO DENTRO DE LA JAULA.
Colocar la mano como posadero.
Cuando se tenga la mano en la jaula, crear un posadero al sostener el dedo índice hacia fuera y doblar los otros dedos con dirección a la palma. Hacerlo de forma lenta y no amenazante, mover la mano hacia el pájaro y colocar el dedo índice debajo del área donde inicia el pecho, la cual está justo por encima de sus patas.
Si existe el temor a que pique, se puede cubrir la mano con una toalla pequeña o usar guantes.
Sin embargo, cubrir la mano frustrará el objetivo de lograr que el pájaro se sienta cómodo con ella. Además, el pájaro podría temerle a los guantes o la toalla.
Animar al pájaro a subirse al dedo.
Con el dedo debajo del área donde inicia su pecho, empujar suavemente su cuerpo para animarlo a subirse. Que no sorprenda si el pájaro se aleja y vuela a otra parte de su jaula. Si lo hace, no se le ha de perseguir, en este punto se ha de sacar la mano e intentarlo más tarde o simplemente dejar la mano en la jaula hasta que se tranquilice y esté listo para acercarse nuevamente.
Si el pájaro necesita un poco más de motivación, se puede sostener un premio en la otra mano. Colócarlo lo suficientemente lejos para que tenga que saltar al dedo para poder alcanzarlo.
Se puede intentar esto si la puerta de la jaula es lo suficientemente ancha como para acomodar ambas manos. También se le puede dar una orden oral (“salta" o “arriba").
Cuando haya subido es fundamental mantener la mano inmóvil.
Premiarlo
Darle al pájaro un premio cada vez que se suba al dedo, incluso si solo es por un momento.
Se ha de tener presente que podría saltar sobre y desde el dedo, o quizás se sienta más cómodo al poner solo una pata sobre él. Recompensarlo por cualquier progreso que haga en este proceso es un gran recurso.
Las sesiones de práctica deben ser cortas: aproximadamente entre 10 a 15 minutos, dos a tres veces por día.
Además del premio comestible, también se puede elogiar verbalmente al pájaro.