Todos tenemos en mente escenas en que una majestuosa águila o un precioso halcón se posan encima de la mano de su humano o cuidador en múltiples documentales y películas.
Y es que hay muchísimas personas que se maravillan con el vuelo de un buitre o con la mirada de un águila y siempre han deseado poder trabajar con ellos de cerca, manejarlos, cuidarlos y entrenarlos para que vuelvan a su puño aún después de realizar un vuelo libre que los lleve a kilómetros de distancia.
El mantenimiento de aves rapaces bajo cuidados humanos conlleva una gran responsabilidad no sólo de cara a los animales sino también a las personas y su seguridad.
Por ello son necesarios profesionales con una formación de alta calidad, especialmente centrada en el bienestar de los animales y en la eficacia del equipo de personas responsables de ellos.
En España existen diferentes centros como Seawolves que se dedican a la formación de estos profesionales.
Los programas de formación estos cubren todas las necesidades tanto conceptuales como funcionales del futuro cuidador, desde aspectos como la biología de las especies, su diversidad, comportamiento, entrenamiento o dieta hasta la atención a los visitantes o la forma de convertirse en el mejor candidato posible para el puesto de trabajo que se desea lograr.
El bienestar de los animales es responsabilidad de su cuidador, objetivo prioritario y fin último y todo el trabajo debe estar encaminado a maximizarlo, empleando los recursos a su alcance de forma óptima.
Por ello las personas que trabajan con animales necesitan y deben poseer un conocimiento profundo no sólo acerca de su biología, su conducta, sus capacidades y sus necesidades sino también acerca de los principios teóricos en los que se basan las técnicas de trabajo, su aplicación práctica y utilidad, las herramientas a su disposición, así como la relevancia del sentido común al emplearlas.
