El ser humano ha tenido aves como mascotas durante siglos, disfrutando de su compañía, belleza e incluso de la capacidad de imitar la voz humana.
Aunque las aves son animales adaptables y pueden sobrevivir durante algún tiempo en circunstancias adversas, las personas que las cuidamos tenemos la responsabilidad de ofrecerles una vida lo más completa y saludable posible.
Cuando mantenemos aves en cautividad, sin embargo, algunas no viven lo suficiente ya sea por un cuidado inapropiado o nutrición deficiente.
Años de experiencia y de investigación clínica han demostrado que cubrir las necesidades calóricas de un ave no asegura que reciba una dieta sana.
Podríamos hacer una comparación entre la comida rápida en personas con la alimentación a base de semillas en aves psitácidas que daría como resultado una dieta alta en grasa y baja en vitaminas, minerales y proteínas inapropiada para estar saludable.
Aunque estas aves puedan sobrevivir durante un tiempo a base de semillas, el resultado de esta malnutrición crónica acabará afectando al sistema inmune, otros sistemas y órganos internos dando como consecuencia que el ave enferme.
Una dieta apropiada es fundamental para garantizar la salud en todas las especies, incluida las aves.
A continuación se enumera una serie de elementos esenciales a considerar cuando se va a elegir la mejor dieta y hábitat para su compañero con plumas. Repasamos algunas dolencias que pueden surgir si no hay una alimentación correcta.
BOCIO
Una dieta basada en semillas pobres en yodo favorece el desarrollo de bocio en periquitos. El déficit de yodo produce un aumento del tamaño de la glándula tiroides, la cual al presionar sobre la tráquea provoca dificultad respiratoria y si presiona sobre el esófago produce regurgitación.
El tratamiento consiste en añadir yodo en el agua de bebida y cambiar la dieta por otra más variada.
ARTERIOESCLEROSIS
Consiste en el depósito de colesterol en las paredes internas de los vasos sanguíneos con la consiguiente inflamación y fibrosis de los mismos.
Esta enfermedad es observada en psitácidas mantenidas en cautividad con una dieta rica en grasas y poco ejercicio. Una dieta alta en carotenos y vitamina E ayudaría a reducir la aparición de este problema.
ALTERACIONES REPRODUCTIVAS
Una mala alimentación también influye en la reproducción de las aves, pudiéndose observar puesta reducida o ausente, huevos de cáscara blanda o rugosa, huevos no fecundados, dificultad del polluelo para romper la cáscara, mortalidad neonatal, huevos bloqueados, puesta abdominal, etc.
En periquitos se ha observado que una dieta basada sólo en semillas, que aporte la mitad de las necesidades de ciertos aminoácidos (lisina, metionina y cistina) va a producir puestas más reducidas, menos huevos fecundados y menos pichones.
En machos la hipovitaminosis A produce fallos en la formación de esperma, disminución en el tamaño de los testículos y en la actividad sexual.
ALTERACIONES RELACIONADAS CON EL CALCIO
Los loros alimentados con una dieta basada sólo en semillas tendrán bajos niveles de calcio y vitamina D3. Además, esta dieta tendrá altos niveles de fósforo, que puede unirse al calcio e inutilizarlo.
Las aves obtienen la vitamina D3 directamente de la dieta o por la acción de rayos solares directos (luz ultravioleta B), es decir, no filtrados a través de cristales. Esta vitamina permite la absorción en el intestino del calcio presente en los alimentos. Por lo tanto, el déficit de la vitamina D3 producirá hipocalcemia, a pesar de que la dieta pueda ser rica en calcio.
La hipocalcemia es un síndrome común en aves, especialmente en yacos mantenidos en cautividad. Estas aves enfermas pueden mostrar una gran variedad de síntomas neurológicos que van desde una ligera incoordinación de movimientos hasta ataques y muerte. En hembras adultas el bloqueo de huevos y los malos resultados en la cría son frecuentes. En pichones de loro gris africano criados por sus padres y alimentados con una dieta basada en semillas sin suplementar con ningún otro alimento es habitual la aparición de osteodistrofia: deformación de huesos largos y esternón.
ALTERACIONES RESPIRATORIAS
Un desequilibrio nutricional, especialmente la carencia de vitamina A o de sus precursores (betacaroteno), produce un daño en el epitelio respiratorio que disminuye su capacidad de limpieza y crea las condiciones adecuadas para el crecimiento de hongos o bacterias oportunistas.
Como consecuencia pueden aparecer multitud de síntomas respiratorios: descarga nasal, estornudos, rinitis, rinolitos, inflamación periorbital, dificultad respiratoria, sinusitis, cambios en la voz, obstrucción traqueal, inflamación de los sacos aéreos, etc.