La colombicultura es una actividad deportiva reglada que hunde sus raíces en la Edad Media, en tiempos de los Reyes Católicos, introducida en la Península Ibérica por los árabes, al parecer como medio de recreo.
A lo largo de los años, incluso siglos, de practicar esta afición y de realizar muchos cruces con ejemplares de las distintas razas existentes se toma como referencia, a principios del siglo XX la paloma “buchona española”, también conocida como “buchona valenciana” pues es en la región de Valencia donde prendió con fuerza el amor a las “palomas buchonas” así denominadas por haber conseguido ejemplares de gran porte, buche voluminoso y aspecto arrogante, creándose allí las primeras sociedades de colombicultura.
Este deporte se practica en pleno contacto y respeto con la naturaleza, en la que el palomo o la paloma son los auténticos “protagonistas” siendo el colombicultor el que los cría, selecciona y adiestra para las competiciones o concursos en los que luego va a participar.
Se distinguen dos especialidades: Palomos Deportivos de Celo y Palomos Deportivos de Raza Buchona.
Se celebran competiciones a nivel de clubes, comárcales, intercomarcales, provinciales, regionales y nacionales.
En el ámbito nacional se celebran varios campeonatos, El Campeonato de Comunidades Autónomas y otro denominado Copa de S.M. El Rey, así como el Campeonato de España Juvenil.
La Real Federación Española Colombófila, (RFEC) se creó en 1944, con cuatro federaciones regionales y cinco federaciones provinciales.
Adaptada al modelo autonómico, cuenta en la actualidad con catorce federaciones autonómicas.
PINTURA PARA PALOMOS
En la actualidad para los Palomos Deportivos de Celo se busca un palomo de buen tamaño, no excesivamente grande, de porte arrogante, muy resistente al vuelo, luchador en el suelo y celoso de la hembra, con notable inteligencia que le permita recordar los lugares donde ha parado la paloma para volver a buscarla si acaso la ha perdido.
La competición consiste, tras la suelta de una hembra, denominada “paloma de suelta” dotada de una pluma blanca que sobresale en la cola y que la distingue, en el cortejo por parte de los machos que participan en dicha prueba o “suelta” para conseguir llevársela a su palomar o estar el máximo de tiempo con ella. Durante el desarrollo de la prueba de dos horas de duración, se producen diversos lances o situaciones que cuentan para la puntuación final.
Las aves van pintadas con gran colorido para distinguirse del resto. Para ello existen pinturas específicas como las que comercializamos en esta tienda online para profesionales y que tenéis a vuestra disposición.