Los pájaros son animales muy inteligentes y son buenas mascotas. Afortunadamente, domesticar a un pájaro no es una tarea difícil.
Sin embargo, requiere mucho tiempo y paciencia y al domesticar al pájaro, no solo se desarrolla un vínculo más estrecho con él, sino que también se le ayuda a sentirse más cómodo y seguro con su ambiente.
1. GANAR LA CONFIANZA DEL PÁJARO
Se le ha de dar tiempo a tu pájaro para que se acostumbre al hogar.
Es posible que el pájaro necesite aproximadamente dos semanas para adaptarse a su nuevo ambiente antes de empezar a domesticarlo.
Es importante colocar la jaula del pájaro en una habitación concurrida. Por intuición, una habitación silenciosa podría parecer ideal. Sin embargo, colocar a un pájaro en una habitación concurrida le permitirá adaptarse, y sentirse más cómodo con, la interacción y actividad humana.
No se ha de colocar la jaula del pájaro en la cocina. El humo que emiten los dispositivos antiadherentes son tóxicos y potencialmente fatales para los pájaros.
Se determina que el pájaro se siente seguro en su nuevo ambiente cuando deja de agitar sus alas cada vez que se le acercan de la misma forma que si se queda inmóvil en su posadero, aún no se siente cómodo con su nuevo ambiente.
Hablarle con una voz que transmita tranquilidad.
Algo importante para ganar la confianza del pájaro es hacerlo sentir cómodo y seguro cuando se está cerca y especialmente cuando se le cambia la comida y agua.
Es ideal hablarle con una voz relajante. Por supuesto, no importa lo que se diga, simplemente necesita saber que la presencia es tranquila y reconfortante en su ambiente.
Hacer movimientos lentos y suaves al acercarse.
Por naturaleza, los pájaros son animales asustadizos. Por lo tanto, cualquier movimiento repentino podría asustarlos. Los movimientos lentos y suaves le asegurarán que no se es una amenaza.
Al acercarse es aconsejable hacerlo levemente por encima del nivel de sus ojos. Si se está muy por encima del nivel de sus ojos, puede asustarse; y si se está muy por debajo, podría parecer que se es sumiso.
Podría ser útil usar una voz que transmita tranquilidad a medida que se le acerca para hacerlo sentir más a gusto con la presencia.
2. ACOSTUMBRAR AL PÁJARO A LAS MANOS
Colocar la mano cerca de la jaula.
Amansar con las manos es una forma común de domesticar a los pájaros. Sin embargo, debido a su naturaleza asustadiza, el pájaro podría ser muy cauteloso con la mano.
Por ello es importante colocar la mano donde pueda verla fácilmente cerca de su jaula durante unos minutos de dos a tres veces al día, de cuatro a siete días. Para reducir su ansiedad, hablarle con una voz que transmita tranquilidad al mismo tiempo que se mantiene la mano inmóvil.
Lograr que el pájaro se sienta cómodo con la mano toma tiempo y paciencia.
Colocar la mano dentro de la jaula.
Cuando el pájaro ya no se vea nervioso al ver la mano afuera de la jaula, se le ha de acostumbrar a ella en el interior.
Es muy importante que colocar la mano en la jaula lentamente y sin hacer algún movimiento brusco. También se debería evitar el contacto visual con el pájaro al hacerlo ya podría parecerle amenazante.
En esta etapa, es aconsejable no intentar tocar al pájaro cuando se tenga la mano en la jaula.
En términos prácticos, será necesario colocar la mano dentro de la jaula cada mañana cuando se le cambie su comida y agua. Al acercarse a la jaula de forma rutinaria todas las mañanas, el pájaro debería sentirse cada vez más cómodo. Es posible que este proceso lleve días o semanas.
No se ha de olvidar de seguirle hablando con una voz suave.
Atraer al pájaro con un premio.
Si el pájaro aún no se siente cómodo con la mano dentro de su jaula, es posible que se necesite ir más allá al sostener un premio en la mano.
La espiga de mijo es un premio muy popular para aves. También se pueden usar hojas verdes y oscuras, como la espinaca, como otro buen premio.
Sin importar que premio se use se ha de asegurar que el pájaro esté familiarizado con él y de que lo disfrute.
Para ello se ha de sostener el premio en la mano y dejarla inmóvil entre tres a cinco veces cada día, y cada vez que se cambie la comida y agua.
Dependerá de cuán asustadizo sea el pájaro, podrían necesitarse varios intentos antes de que se sienta lo suficientemente cómodo para acercarse a la mano y comer el premio, el cual finalmente, empezará a esperar cada día.